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Abrid las Puertas de Par en Par

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Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria (Salmos 24: 7-10).

Menudo privilegio tenemos tú y yo de poder pedir que el Rey de gloria entre por las puertas de nuestras ciudades y naciones. Él es el Rey de gloria que es poderoso en la batalla. Él es el Señor de los ejércitos, el comandante en jefe de los ejércitos del cielo. Él es eterno, santo y poderoso. El salmo 24 es un grito de batalla para la Iglesia. ¡También mira al futuro anticipando la entrada de Cristo en la nueva Jerusalén para reinar para siempre!

Tú y yo estamos en una guerra de grandes proporciones. Vivamos donde vivamos en la tierra, como intercesores estamos llamados a batallar por la tierra y a pedir que el Rey de gloria entre a vivir en nuestra nación.

La enorme realidad es que Dios comparte Su autoridad con nosotros. (Lucas 12:32). Es nuestra responsabilidad el orar por nuestro presidente, rey, primer ministro, y lideres y porque la justicia de Dios se muestre. Estamos en desesperada necesidad de Su presencia. Él es el juez y regente del universo, pero nosotros estamos aquí para imponer Su Reino en la tierra a través de nuestras oraciones. ¡No es solo un privilegio sino además una gran responsabilidad!

¡Debemos usar nuestra autoridad en oración!

“Es nuestra responsabilidad ejercitar la autoridad que es nuestra a través de Su nombre, y delante de la cara de todas las fuerzas del mal demostrar que Cristo ya es ‘Rey de reyes y Señor de señores.’” Derek Prince

Preparándonos para la Batalla

Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad en vuestras puertas verdad y juicio de paz: Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis juramento falso: porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová(Zacarías 8:16-17).

Para ser un guerrero que trae el Reino de Dios a nuestras naciones, hay una serie de cualidades que debemos desarrollar en nuestras vidas. Estamos en guerra contra las fuerzas del mal, y no debemos de restarle importancia a esto. De la misma manera que debemos de hacer ejercicio para mantenernos físicamente en forma, hay cualidades espirituales que también hemos de ejercitar en orden de estar en forma para la guerra en la intercesión.

  • Intimidad – Debemos tener una relación íntima con el Señor. Debemos ser uno con Cristo, escuchando sus direcciones y comisiones, fuertes en la alabanza y la palabra.
  • Nuestra posicion en Cristo – Debemos saber quienes somos en Cristo y que Él es el Rey que es poderoso en la batalla. Debemos librar la guerra en la autoridad de Cristo a través de la oración.
  • Fe – Debemos creer en el poder de la oración y que Dios usará oración llena de fe para romper el poder del mal sobre la tierra. Él es mayor que el enemigo y ha vencido a Satanás en la cruz.
  • Carácter – Debemos darnos cuenta que un carácter santo hará que el enemigo huya. Dios esta buscando integridad, el fruto del Espíritu y una vida dedicada.
  • Disciplina – Debemos decir no a las cosas que debilitan nuestras vidas espirituales tales como demasiada televisión, comida o vageza. Los soldados deben vivir una vida disciplinada incluso cuando no se les apetece.
  • Verdad – Debemos ser verdaderos sin ninguna hipocresía ni falsedad en nosotros. Estamos aquí para hablar la verdad, estudiar la verdad, declarar la verdad y para aferrarnos a la la verdad con fuerzas durante los tiempos de guerra.

Orar que nosotros como creyentes entendamos nuestros derechos y responsabilidades como ciudadanos del cielo. Orar para que conozcamos nuestra posición en Cristo a la derecha del Padre. Hemos sido hechos vivos, levantados y entronados en el reino celestial. Esto ya se ha llevado a cabo. Vease Efesios 2:4-6. El salmo 24 fue probablemente usado muchas veces en la oración corporativa. La gente de fuera de la puerta clamarían a las puertas del templo para que se abriesen y dejasen entrar al Rey de gloria. Desde el interior preguntarían:

“¿Quien es este Rey de gloria?”

De fuera en unión contestarían, “El Señor fuerte y poderoso, el Señor poderoso en la batalla.”

Así proclamaban el poder y la fuerza de Dios. Después las puertas se abrirían de par en par. ¿No debiéramos nosotros hacer lo mismo con respecto a nuestra necesidad de la presencia de Dios en nuestras ciudades?

“De la misma forma que Moisés extendió su vara de parte de Dios sobre Egipto, la iglesia extiende a través de sus oraciones la autoridad de Cristo sobre las naciones y sus dirigentes.” Derek Prince

Ora por los Líderes de tu País

¿Y Dios no hará justicia á sus escogidos, que claman á él día y noche, aunque sea longamine acerca de ellos?  Os digo que los defenderá presto. Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?(Lucas18:7-8) 

¿Eres consciente de la urgente necesidad de oración de tu país? Cuando yo y mi esposo viajamos a otros países, con frecuencia esperamos en aeropuertos. A menudo he oído este anuncio por megafonía: (nombre de la persona) proceda urgentemente a su puerta de embarque.” En otras palabras, están buscando a alguien porque su avión está a punto de despegar, y él no está presente.

Muchos de nosotros no somos conscientes de que nuestros países están en urgente necesidad de oración. Nos tomamos nuestro tiempo, pero Dios nos está pidiendo que procedamos con urgencia a las puertas del cielo, a la sala de oración del trono. Cuidado con la complacencia. Este es el tiempo de arrebatar el momento en oración e intercesión por nuestro pais.

En la situación del aeropuerto en la vida real, perder un avión puede causar la perdida de mucho tiempo y molestias. Pero para nosotros perder esta ventana de oportunidad para orar por nuestros líderes y nuestras naciones puede ocasionar años de agonía y dolor. Debemos proceder urgentemente a las puertas del cielo y tomar nuestro rol de autoridad en oración por nuestras ciudades.

  • Ora por tu sistema judicial y de leyes con un sentido de urgencia – Vivimos una hora de urgencia en el ámbito mundial. Pide que la justicia reine en tu tierra.
  • Ora para que el Rey de gloria entre en tu gobierno – Pide que la justicia de Dios entre en tus juzgados.
  • Ora por todos aquellos que sirvan en oficinas del gobierno – Esta es una batalla espiritual de proporciones gigantescas. Cuando oramos, Dios puede poner a Su gente en oficinas del gobierno de gran influencia.
  • Ora para que los creyentes en tu país vean la seriedad de esta hora y arrebaten el momento en oración – No podemos ser pasivos, debemos clamar para que las puertas sean abiertas para que entren el Señor y Su justicia y Su Reino.
  • Ora por tu presidente o el líder de tu nación – Él está bajo tremenda presión de parte de las fuerzas de oscuridad, y necesita de tus oraciones desesperadamente. Vease 1ª Timoteo 2:1-4
  • Adora y alaba a Dios con mas intensidad – La adoración violenta prepara para la cosecha del reino en todo el mundo.

Dios es el supremo mandatario en todo asunto humano, y tu puedes ejercer una influencia decisiva sobre elcurso de tu gobierno a través de las oraciones y acciones santas.

“La vara de tu fortaleza enviará Jehová desde Sión: Domina en medio de tus enemigos” (Salmos 110:2). La vara es la marca de la autoridad del legislador. La vara de la autoridad de Cristo, ejercida en Su nombre, se extiende a través de nuestras oraciones. En cada dirección que se extienda la vara, las fuerzas del mal son forzadas a rendirse, y a la vez Cristo es exaltado y Su Reino avanza.” Derek Prince

El reino de Dios es supremo sobre todo otro reino y sobre toda otra fuerza que funcione sobre la tierra (Filipenses 3:20, Salmo 103:19, Efesios 1:20-21). Aun cuando estamos en una tremenda batalla contra las fuerzas de la oscuridad, la verdad de que Cristo es el supremo legislador sobre todo regente y gobernador y sobre todo gobierno, ¡es motivo para que tú y yo nos alegremos!

Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y diólo por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, La cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que hinche todas las cosas en todos (Efesios 1:22-23). 

By Debbie Przybylski
Intercessors Arise International
IHOPKC

Cristo – El Mayor de los Intercesores

1937047_1074336552629451_8391200697307103369_n“¡Cuan entronada, magnifica, y real es la intercesión de nuestro Señor Jesucristo a la mano derecha de Su Padre en los cielos! Los beneficios de Su intercesión fluyen a nosotros a través de nuestra intercesión. Nuestra intercesión debiera captar por contagio y por necesidad la inspiración y la grandeza del gran trabajo de Cristo a la derecha de Su Padre. Su negocio y Su vida son orar. Nuestro negocio y nuestra vida debe ser orar, y ‘orar sin cesar’ (1 Tesalonicenses 5:17).” E. M. Bounds

Cuando se nos acaban las fuerzas y la motivación para orar, es bueno mirar al mayor de todos los intercesores de la historia, el Señor Jesucristo. De hecho, Él siempre está intercediendo por nosotros. Si este es el ministerio en el que Él está involucrado, seguramente podrá ayudarnos a continuar y no rendirnos.

Él es nuestro intercesor, y nosotros somos compañeros suyos en la intercesión. Jesús está ahora mismo sentado a la derecha del Padre con poder ilimitado. Él quiere que compartamos con Él el poderoso trabajo de la intercesión. Solo el pensamiento de que Jesús hizo de la oración el mayor de Sus ministerios mientras que estuvo en la tierra y de que ahora mismo Él está orando por nosotros en los cielos, debiera motivarnos y retarnos para echar mano de este grandioso y poderoso ministerio. ¡El poder de los cielos está a nuestra disposición!

Cristo – El Mayor Intercesor sobre la Tierra

“En Su vida sobre la tierra, Cristo comenzó Su trabajo como intercesor. Piensa en una alta oración sacerdotal a favor de Sus discípulos y de todos aquellos que a través de ellos creerían en Su nombre. Piensa en Sus palabras a Pedro, ‘Yo he rogado por ti para que tu fe no falle’ (Lucas 22:32): una prueba de lo intensamente personal que es Su intercesión. Y en la cruz habló como intercesor: ‘Padre perdónalos’ (Lucas 23:34). Ahora que está sentado a la derecha de Dios, Él continúa, como nuestro Gran Sumo Sacerdote, el trabajo de intercesión sin cesar. Pero con esta diferencia: Él le da poder a Su pueblo para que participe en ello. Siete veces en Su discurso de despedida Él repitió la seguridad de que lo que pidieran Él lo haría. El poder de los cielos estaría a su disposición” Andrew Murray

Al mirar la vida temprana de Jesús, hay muchos ejemplos que indican al gran énfasis que Él ponía en la oración y la intercesión. Los siguientes son algunos ejemplos que debieran motivarnos a cada uno de nosotros a una mayor vida de intercesión:

  • Él oró antes de comenzar Su ministerio público – Cuando hizo esto, Dios abrió los cielos y le dio poder a Jesús con el Espíritu Santo. De la misma forma, nuestro ministerio público es solo tan poderoso como nuestra vida de oración. Véase Lucas 3:21-22.
  • Él enfatizaba la oración en Sus enseñanzas– Él enfatizó la oración en Su Sermón del Monte. Con frecuencia habló acerca de la oración en otras ocasiones. Nosotros también debemos animar a otros a orar. Ver Mateo 6:5-13, Lucas 6:28, 18:1.
  • Él entrenó a Sus discípulos para orar – Él tomó a Pedro, Juan y a Santiago consigo y los llevaba a las montañas a orar. Con frecuencia oraba junto con Sus discípulos. Discipular a los demás en la oración es un ministerio vital para cada intercesor. Ver Lucas 9:28-29.
  • Él oraba pidiendo dirección – Antes de elegir a los doce discípulos, Jesús pasó la noche en oración. Él buscaba siempre a Dios para dirección y no hacía nada fuera de la voluntad del Padre. Nosotros también recibimos perspectiva divina cuando oramos. Ver Lucas 6:12-13.
  • Él oraba en secreto – Con frecuencia Él se apartaba a lugares solitarios para orar. Con frecuencia se levantaba temprano en la mañana para orar. Cuando oramos en secreto, el Padre nos recompensa. Ver Lucas 5:16, Marcos 1:35.
  • Él oraba en público – Jesús oró en público en medio de Sus enseñanzas. Él no temía orar en público bajo la dirección del Espíritu Santo. Él oró en público antes de resucitar a Lázaro. Ninguno de nosotros como intercesores debiéramos tener miedo de orar en público o en reuniones de oración. Ver Juan 11:41-42, 12:28b.

“Por tanto yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos y orado por los transgresores” (Isaías 53:12).


Cristo – El Mayor de los Intercesores en el Cielo

“Solo piensa acerca de lo que esto significa: Todo Su trabajo de salvación se sigue llevando a cabo en el Cielo, así como en la tierra, en una comunicación incesante con, y en intercesión directa con, el Padre, que es el Todo en Todo. Todo acto de gracia en Cristo ha sido precedido por, y debe su poder a la intercesión. Dios ha sido honrado y reconocido como Su Autor. En el trono de Dios, la comunión más alta de Cristo con el Padre y Su sociedad en el reino del Padre está en la intercesión. Cada bendición que nos llega a nosotros desde el Cielo lleva el sello de Dios: a través de la intercesión de Cristo. Su intercesión no es sino el fruto y la gloria de Su inmolación. Cuando Él se entregó como sacrificio a Dios a favor de los hombres, demostró que todo Su corazón tenía el único objetivo de glorificar a Dios en la salvación de los hombres. En Su intercesión, se lleva a cabo Su gran propósito. Él glorificó al Padre pidiendo y recibiendo todas las cosas de Él.” Andrew Murray

Jesucristo esta siempre intercediendo por nosotros en el Cielo. Él ha pagado el precio para que podamos venir al trono de gracia con nuestras intercesiones y ser oídos en las alturas. Las siguientes verdades acerca de la posición celestial de Cristo debieran motivarnos a interceder:

  • Él está sentado a la derecha del Padre – Él ha sido exaltado al lugar más alto, al lado de Su Padre. Debido a esto, podemos orar la voluntad del cielo para el ámbito terrenal. Cuando oramos la voluntad de Dios en el nombre de Jesús, las oraciones son oídas en el cielo donde Jesús está sentado. Ver Filipenses 2:9, Hechos 7:55, Hebreos 1:13.
  • Él tiene toda la autoridad – Al nombre de Jesús toda rodilla se doblará en los cielos, en la tierra, y bajo la tierra. Él ha sido coronado con gloria y honor, y todo ha sido puesto bajo Sus pies. ¡Él puede ganar toda batalla que traigamos ante Él en oración porque Él tiene toda la autoridad! Ver Filipenses 2:9-11, Hebreos 2:7-9.
  • Él ha pagado el precio para interceder – Él se humilló a Sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte y muerte de Cruz. Se entregó a Sí mismo como sacrificio por los pecados del mundo. A la luz de este gran sacrificio, ¿no podemos nosotros entregarnos a la intercesión aquí en la tierra para Su gloria? Ver Hebreos 5:7, Filipenses 2:6-8.
  • Él es el gran Sumo Sacerdote – Él ha subido a los cielos y está capacitado para entender nuestras debilidades porque Él mismo ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Podemos acercarnos al trono de gracia confiadamente en oración. Ver Hebreos 3:1, 4:14-16, 6:20, 7:26.
  • Él ora sin cesar – Él vive siempre para interceder por nosotros. Él es nuestro ejemplo. La Biblia enfatiza la oración continua. Por lo tanto, debemos aprender a saturar nuestras vidas con la oración. Ver Hebreos 7:25, I Tesalonicenses 5:17.
  • Él ora a nuestro favor – Él le habla al Padre en nuestra defensa como el Justo. Él es santo, sin mancha, puro y apartado. Por lo tanto, Él puede orar en nuestra defensa cuando pecamos. Ver I Juan 2:1.

“Por lo cual puede también salvar eternamente á los que por él se allegan á Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal pontífice nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime de los cielos” (Hebreos 7:25-26)
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Somos Socios con Cristo en la Intercesión

“El Señor Jesucristo nos ha unido en sociedad consigo mismo para llevar a cabo el gran trabajo de la intercesión. Él en los cielos y nosotros en la tierra debemos ser de un solo sentir. Debemos tener un solo propósito en la vida. Ese propósito es que debemos amar al Padre y a los perdidos consagrando nuestras vidas a la intercesión para la bendición de Dios. El ardiente deseo del Padre y del Hijo por la salvación de las almas debe también ser el ardiente deseo de nuestros corazones.” Andrew Murray

Seamos conscientes del hecho de que somos socios con Jesucristo en la intercesión. Él es nuestra cabeza, y esto es lo que Él quiere que nosotros hagamos. Existe una autoridad en este poderoso ministerio de la intercesión. Debe convertirse en nuestra única y gran meta en la vida. Todo lo demás que hagamos tendrá unción y poder cuando se una a la intercesión. Nuestra intercesión bendecirá el mundo y glorificará a Dios. La intercesión preparará al mundo para la venida de Jesús. La intercesión romperá a través de nuestras pruebas más difíciles. La intercesión es la llave que abrirá los tesoros de Dios en la tierra. Abrirá el cielo y lo traerá a la tierra.

La voluntad de Dios en los cielos solo puede hacerse en la tierra a través del ministerio de la intercesión. ¿Podemos consagrarnos de nuevo a este ministerio de la intercesión? ¿Podemos llegar a un compromiso de hacerlo prioritario en nuestras vidas? Echemos mano de ello con todo nuestro corazón.

Que sea la mayor de nuestras metas. Es tiempo de mostrarle al mundo el poder de la intercesión.

Padre, oramos que nos enseñes a interceder. Consagramos nuestras vidas de nuevo a este ministerio. Haz de nosotros intercesores fervientes. Tú fuiste el más grande de los intercesores mientras estuviste en la tierra. Oraste antes del ministerio, en privado, en público y toda la noche. Tú vives ahora para interceder siempre por nosotros. Estás sentado a la derecha del Padre orando, eres nuestro gran Sumo Sacerdote, y tienes toda la autoridad. Has pagado el precio de la intercesión. Ayúdanos a hacer lo mismo. Revela a nuestros corazones la importancia de la intercesión. Ayúdanos a seguir Tu gran ejemplo como Cabeza nuestra. Ayúdanos a ser socios tuyos en la intercesión y a hacer de ello la mayor de nuestras metas. Te agradecemos esta maravillosa oportunidad de ser intercesores en un momento como este. Danos un corazón ardiente para ejercitar este maravilloso poder de la oración para tu gloria y para la salvación de las almas. En tu nombre te lo pedimos. Amen.

Y ahora este Cristo, el intercesor, es nuestra vida. Él es nuestra cabeza y nosotros somos Su cuerpo. Su Espíritu y Su vida respiran en nosotros. En la tierra, como en el Cielo, Es el único canal elegido por Dios para la bendición. Aprendamos de Cristo la gloria que hay en ello, lo que es el ejercitar este maravilloso poder, y qué parte ha de tomar en nuestro trabajo para Dios… A través de la intercesión, por encima de todo, glorificamos a Dios. Glorificamos a Cristo. A través de ella traemos bendición a la iglesia y al mundo. Obtenemos nuestra mayor nobleza – el pode divino de salvar a los hombres.” Andrew Murray

By Debbie Przybylski
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