”Descubriéndonos el misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.” Efesios 1:9-10
Dios está volviendo a poner las cosas en orden a través de nuestras oraciones y del trabajo y la gracia de Cristo. Nos asociamos con Él en orden de ver la liberación de Su divina voluntad en la tierra junto con Su señorío. Esto será el culminar de todas las cosas en Cristo. La iglesia está siendo transformada, y nosotros estamos siendo cambiados día a día hasta llegar a Su imagen. La iglesia está llegando a una siempre creciente plenitud de la gloria de Cristo. Estamos moviéndonos hacia el lugar en el que le seguimos a Él como Señor de nuestras vidas. Esto significa que debemos vivir en continua entrega y confianza y sometiéndonos a Su voluntad. He aprendido esto de forma más vivaz durante los últimos meses de enfermedad con cáncer. Yo sabía que Dios estaba haciendo algo muy profundo en mí, y estaba mas allá de mi control. Tenía que confiar y rendirme. Dios nos está liberando a Su manera particular para que podamos cumplir con Sus propósitos.
Él tiene un propósito divino que transciende a todo, y nuestra meta es entrar en ese propósito divino tanto individualmente como corporativamente.
“Si te encuentras mas llevado a la oración que a la promoción, más a la humildad que a crecerte, entonces estás siendo preparado por el Señor para la gloria de Dios. Lo que Él está haciendo en ti es típico de lo que está estableciendo en miles de otros creyentes.”
Conforme se desarrolla este año, sé consciente de que estás aquí para desarrollar los propósitos de Dios para tu vida. Tu vida está llena de propósito. Dios te creó con un propósito. Efesios 1:11 dice, “En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad.” Su propósito trascendente está siempre relacionado con el cumplimiento de todas las cosas en Cristo.
En el diccionario de Webster la palabra “trascendente” significa “máxima excelencia, supremacía, muy excelente, supremo en excelencia.” ¡Jesucristo es supremo en excelencia y superior sobro todo! La siempre creciente plenitud de la gloria de Cristo es la meta de todo. Esta es la dirección en la que debemos encaminarnos. Todo apunta a Cristo de forma incremental. Toda oración y acción nuestra se relacionará con la glorificación de Cristo. Pero conforme nos movemos hacia los propósitos eternos de Dios, debemos ser conscientes de que Dios está también tratando con nuestros propios corazones.
¡Él quiere habitar en nuestro interior y quitará todo aquello que estorbe!
“Cuándo le clamamos a Dios que nos visite, ¿Sabemos realmente lo que estamos pidiendo? Cuando le pedimos al Todopoderoso Su Reino, ¿Estamos dispuestos a rendir el nuestro? La misma oración que pide Su bendición sin restricciones también está pidiendo Sus juicios de corrección sobre nuestra desobediencia. ¡Estamos pidiéndole a Dios que sea Dios dentro de nosotros!”
La meta del Proposito Trascendente de Dios
“Voz que clama en el desierto: Barred camino á Jehová: enderezad calzada en la soledad á nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; que la boca de Jehová habló” (Isaías 40-3-5).
Se trata de Jesús. Glorificar a Cristo Jesús y hacer una autopista para nuestro Dios es nuestro cometido supremo. Toda carne verá un día Su gloria. La verdad es que todo en la tierra y en los cielos esta completando todo en Cristo. Toma tiempo para orar acerca de lo que sigue. Es la meta del propósito trascendente de Dios en Cristo y lo que significa en nuestras oraciones e intercesiones:
- EL Reino de Cristo – Dios quiere establecer el reino de Cristo en nuestros corazones que es donde Él es Señor de nuestras vidas. Debemos vivir una vida crucificada y permitirle a Él que reine con supremacía. Cuando Cristo reina en nuestros corazones, reinamos con Él, y nuestras oraciones están ungidas con Su poder y autoridad. ”Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó á sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
- La morada de Cristo – Debemos revestirnos de Cristo y convertirnos en Su morada a través de la fe. Cuando somos el habitáculo de Cristo, estamos unidos a Él, y oramos Sus oraciones en lugar de las nuestras.
”Que os dé, conforme á las riquezas de su gloria, el ser corroborados con potencia en el hombre interior por su Espíritu. Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones” (Efesios 3:16-17). - La unidad de Cristo – Hemos de andar en unidad como lo hacían Cristo y el Padre. De esta forma, el mundo ve el amor de Dios. Cuando andamos en unidad, demostramos el amor de Cristo y vemos mayores resultados debido a nuestra autoridad corporativa en oración.”Y yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean consumadamente una cosa; que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también á mí me has amado” (Juan 17:22-23).
- La Gloria de Cristo – Todo lo que hagamos debe ser para la gloria de Cristo, especialmente la alabanza y el agradecimiento de nuestros labios. Cuando alabamos y adoramos a Dios verbalmente en nuestras oraciones, esto trae gran gloria a Dios y poder espiritual a la tierra.
“Porque mejor es tu misericordia que la vida: Mis labios te alabarán” (Salmos 63:3). - La salvación de Cristo – Es el deseo de Dios que intercedamos para que las multitudes de alrededor del mundo puedan conocer a Cristo. Este es el deseo de Dios y el motivo por el que envió a Su hijo a la tierra. Cuando oramos por los perdidos, Dios oye nuestra oración y trae a hombres y mujeres a salvación.
“Perseverad en oración, velando en ella con hacimiento de gracias: Orando también juntamente por nosotros, que el Señor nos abra la puerta de la palabra, para hablar el misterio de Cristo, por el cual aun estoy preso” (Colosenses 4:2-3). - El Carácter de Cristo – Debemos buscar parecernos más a Cristo. Debemos reflejar la gloria de Dios a través del trabajo interno de Cristo en nuestras vidas. Cuando oramos, estamos siendo transformados conforme a la imagen de Cristo con una gloria que va siempre en aumento.
“Por tanto, nosotros todos, mirando á cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor.”
(2 Coríntios 3:18).
“Estamos siendo vaciados de nuestras agendas, falsas expectativas, y tradiciones no bíblicas para que solo Cristo sea Señor sobre la iglesia.”
El Reino de Cristo en Nuestros Corazones
Que Dios nos ayude a quitar cosas de nuestras vidas que no apunten al propósito trascendente de Dios, el cumplimiento de todas las cosas en Cristo. A veces las cosas que enfrentamos en la vida parecen no cumplir, pero un día todo tendrá perfecto sentido, porque habrá un cumplimiento de todas las cosas en Cristo. Que podamos como el apóstol Pablo, considerar todas las cosas como perdidas, comparándolas con la grandeza del conocimiento de Cristo.
“Pero las cosas que para mí eran ganancias, helas reputado pérdidas por amor de Cristo. Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar á Cristo” (Filipenses 3:7-8).
Que Cristo Jesús establezca Su reino en nuestros corazones.
Señor, te pedimos que establezcas tu reino en nuestros corazones. Quita todo aquello que no sea de Ti. Elegimos confiar y rendirnos, dejarte ser Dios en nuestro ser. Transfórmanos y haznos más como Tú. Enséñanos a andar en unidad, incluso con aquellos que son diferentes a nosotros. Haz tu morada en nuestros corazones. Enséñanos a interceder por los perdidos para que millones puedan ser salvos. Señor que todo lo que hagamos y digamos glorifique tu Nombre. Haznos una bendición para los demás. Úngenos para predicar buenas nuevas a los pobres, sanar a los heridos de corazón, proclamar libertad para los cautivos y soltar a los prisioneros de la oscuridad”. (Isaías 61:1). Gracias porque podemos ser socios contigo para ver la liberación de Tu divina voluntad sobre la tierra, el cumplimiento de todas las cosas en ti. Te alabamos por Tus actos de poder y por tu enorme grandeza (Salmos 50:2). En tú nombre lo pedimos. Amen.
“Reconozcamos por lo tanto, que la intención a largo plazo de Dios no es solo el eliminar los dolores de nuestros cuerpos, sino también el establecer Su reino en nuestros corazones. Continuemos pidiendo avivamiento y gocémonos cuando lo veamos. Pero, con sobriedad, también recordemos: En los días de Su presencia, la meta de la visitación de Dios es hacer de nosotros Su morada.”
Citas por Francis Frangipane
By Debbie Przybylski
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