“El silencio en la oración con frecuencia no es algo que fabriquemos; en vez, es un don que nos puede sobrevenir sin esperarlo. En lugar de correr para llenar el vacío, aprendemos a abrazar el don como la mejor parte de nuestro tiempo de oración.”
Al aprender acerca de la oración, el silencio y la contemplación es una dimensión especial de la que pocos de nosotros hemos echado mano. Uno de los motivos para esto es que hemos sido influenciados por el ruido y la ocupación de nuestro estilo de vida actual. Y en medio de un torbellino de actividad que con tanta frecuencia hemos entendido mal como importante y necesario, hemos perdido la belleza y la necesidad de aprender la disciplina del silencio. Con cuanta frecuencia nos perdemos la vida contemplativa. Hoy, conforme estaba sentada en silencio mirando por la ventana como caían los copos de nieve, volví a darme cuenta de lo maravilloso que es estar en silencio ante Dios. Esto lo hago de forma regular, y encuentro que añade una maravillosa dimensión a mi vida de oración.
La Biblia dice que hemos de estar quietos en orden de conocer a Dios. El silencio es un arte necesario si queremos realmente conocer a Dios. Es un don de Dios. Así que si Dios esta ralentizando tu actividad o parándote de alguna manera ahora mismo, quizás sea que El quiere que aprendas esta importantísima disciplina. Dios te esta llamando a El. Esta quitando todas las barreras de autentica comunicación con Su Espíritu.
Esto es un regalo para ti, así que abrázalo con todo tu corazón.
“Estad quietos y conoced que yo soy Dios” (Salmos 46:10ª).
“En la contemplación en silencio, ocurre un acercamiento sobrenatural. Llegados al final de las palabras, simplemente miramos en silencio a la persona de Dios. Una de las descripciones mas aptas y mas preciosas de la esencia de la contemplación que yo he oído vino de un simple granjero:’piensa acerca de la maravillosa descripción dada por ese iletrado trabajador de granja de Ars que durante horas permanecía en quietud y silencio mirando el tabernáculo y cuando un hombre de Ars le preguntó lo que hacía allí, el solo contestó: YO LE MIRO A EL Y EL ME MIRA A MI.’”
Beneficios de La Contemplación en Silencio en Oración
“De vez en cuando empezaras a tocar el estado de silencio interior. ¿Cuál debe ser tu respuesta a tal experiencia? ¿Pero que has de hacer? ¡Nada! Simplemente ríndete ante esa atracción interna. Ríndete ante el llamado de tu espíritu. Tu espíritu te lleva mas adentro.” Citas por Wesley y Stacey Campbell
- Dios lucha por nosotros cuando estamos en silencio – “Tu y yo somos muy débiles. Si tú, en tu debilidad, intentas atacar a tus enemigos, con frecuencia te encontraras herido. Hay otra forma. En momentos de tentación y distracciones, permanece por fe en la presencia de Jesucristo. Encontraras un inmediato suministro de poder.”
“Jehová peleara por vosotros y vosotros estaréis tranquilos”
(Exodo 14:14). - Encontramos a Dios en una dimensión más profunda – En el silencio de la oración, desarrollamos el arte de mirar a Dios.
“Me buscareis y me hallareis, porque me buscareis de todo vuestro corazón. Seré hallado por vosotros dice Jehová” (Jeremías 29:13-14). - Crecemos en el arte de meditar las escrituras – Exodo 34:6-7 esta lleno de los divinos atributos de Dios. Te animo a que medites en estos dos versículos durante un largo periodo de tiempo.
“¡Jehová! ¡Jehová! Dios fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en misericordia y verdad, que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado” (Exodo 34:6-7a). - Aprendemos a dejar fuera la actividad externa – Aprendemos el arte de la simpleza externa y aprendemos a habitar en la presencia de Dios.
“Una cosa he demandado a Jehová. Esta buscaré: que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová y para buscarlo en su Templo” (Salmos 27:4). - Aprendemos a meditar acerca de la naturaleza de Dios – Es bueno comenzar meditando acerca de un aspecto de la naturaleza de Dios en un solo versículo de la escritura. Por ejemplo, medita acerca de la santidad de Dios adornando Su casa día tras día como se lee en el siguiente versículo:
“Tus testimonios son muy firmes; la santidad conviene a tu Casa, Jehová, por los siglos y para siempre” (Salmos 93:5). - Crecemos en nuestra relación de amor con Dios – Lo que realmente perseguimos es la habilidad de vivir el primer mandamiento – amar a Dios que nos amó primero, con toda la pasión y fuerza que poseemos. Por lo tanto, las palabras se vuelven innecesarias cuando su propósito se ha cumplido.
“En el nivel más profundo posible, ocurre un intercambio de amor. Y aunque la contemplación habitualmente comienza con una persona derramando sus emociones hacia Dios, con frecuencia uno es arrebatado a un reino en el que uno es llenado de sentimientos que proceden de Dios.”
Oro que cada uno de nosotros aprenderá los secretos de la contemplación en silencio. Aquí es donde tomamos el tiempo de estar en comunión con Dios. Me reta San Francisco y su ejemplo de contemplación silenciosa ante Dios. “Con el rostro hacia el cielo, y manos y ojos levantados hacia Dios, en completa rendición y con la más cálida devoción, oraba, diciendo: “Mi Dios, mi Todo” Estas palabras gemía a Dios, con abundantes lagrimas una y otra vez con solemne devoción hasta el amanecer: ‘Mi Dios, mi Todo’ – y nada más”
“Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí; Jehová oirá cuando yo a Él clame… Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama y callad. Ofreced sacrificios de justicia y confiad en Jehová… Alza sobre nosotros, Jehová, la luz de tu rostro. Tú diste alegría a mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto”
Salmos 4:3-7.
By Debbie Przybylski
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