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El Poder de Clamar

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“En momentos de temor, ansiedad y problemas, el paso correcto hacia experimentar la poderosa liberación de Dios y Su protección esta simplemente en clamar – Usar nuestra voz en una ferviente petición de Su ayuda.”

¿Cuántos de nosotros practicamos el clamar en voz alta a Dios? Así es como muchos de los personajes bíblicos oraban. Fervor en la oración es clamar en voz alta como llave a la victoria. Mi esposo con frecuencia ha dicho a los demás que la oración ferviente es el tipo de oración que harías si tu avión se estuviese desplomando del cielo. Clamarías a Dios en oración desesperada con todo tu corazón. No habría lugar para una oración apática y distraída bajo esas circunstancias. Aun así, muchos de nosotros nos enfrentamos con circunstancias imposibles en las que se requiere la oración “de clamar” para una victoria espiritual. El clamar en voz alta parece ser una clave para una poderosa vida de oración que ve respuestas.

“Necesitamos hacernos con esta verdad y aplicarla” (Salmos 86:7).

Dios con frecuencia arregla nuestras circunstancias de manera que no parezca haber salida. El problema no parece desaparecer. Pero cuando clamamos a El, El contesta. Le encanta mostrar Su poder de salvación cuando estamos en desesperada necesidad. El puede traer sanidad, protección o dirección. Cualquiera que sea la situación, vemos Su salvación cuando clamamos. A El le gusta que desesperemos por El. En la Biblia vemos un patrón consistente que indica que cuando Su pueblo clama a Dios con sus voces, El contesta prontamente con Su poder. David clamó a Dios con su voz y con profunda emoción con frecuencia en situaciones desesperadas, Y Dios oyó su clamor. El dice en el Salmo 61:1: “Los justos claman, y el Señor los oye, y los libra de sus angustias.”

“En cada circunstancia, la necesidad de clamar es un recuerdo de mi total incapacidad de conseguir nada significante para Dios. Y el resultado de clamar es una maravillosa demostración de Su poder sobrenatural para conseguir todo lo que sea necesario.”

Clamar a Dios no es algo que hagamos mecánicamente, sino que fluye de nuestra relación con Dios. ¿Sabemos en realidad que Dios oye y desea oír nuestro clamor? El es un padre y le encanta oír nuestra voz. Tenemos la autoridad y el derecho como hijos suyos para llamar fervientemente a Dios. ¿Sabemos que hay poder en la palabra hablada? Cuando se habla de forma ferviente, sincera y con todo nuestro corazón, es incluso más poderosa. ¿Somos conscientes de que cuando clamamos a Dios en voz alta, El ve que estamos acercándonos a Su trono de gracia con atrevimiento y seriedad?

¿No entendemos que en el momento que clamamos a Dios en una situación imposible, ese puede ser el punto de giro que lleve a la liberación?

Ha ocurrido tantas veces en la Biblia. Puede ocurrirnos a nosotros también. “Entonces clamaron a Dios en sus angustias, y El los libero de sus aflicciones” (ver Salmos 107:6, 13, 19, 28). El clamar dispara la liberación de Dios una y otra vez. A El le encanta contestar a aquellos que están en necesidad. Muchos de ustedes pueden estar enfrentándose a situaciones desesperadas de una manera u otra. Clama a Dios en voz alta para Su liberación con todo tu corazón. Este puede ser tu día de liberación.

“Días de problemas. Horas de crisis. Momentos de urgente y temerosa necesidad. Nos llegan a todos sin avisar, como ladrón en la noche. ¿Cómo podemos prepararnos para tales momentos? Podemos prepararnos estando dispuestos a clamar en voz alta al Señor para su ayuda de salvación, esperando atrevidamente su liberación. Dios espera de sus amados y les invita a que hagan precisamente eso: “Clama a mi en el día de tu angustia,” nos dice, “Yo te libraré, y tu me glorificaras.”

Clama a Dios por Su Salvación y Liberación

“Vemos en las escrituras que cuanto mayor la necesidad y falta de medios de alguien, mayor es el énfasis del Señor en Su compromiso para oír su clamor en los problemas. Dios afirma su preocupación especial para los huérfanos, viudas, extranjeros, y los pobres – personas con necesidades y crisis especiales que los demás no experimentan.”

Recomendamos el libro “The Power of Crying Out” (EL Poder de Clamar”) por Bill Gothard Estudia también los Salmos 16, 23, 25, 31, 51 y 63.

“Muchos creyentes hoy en día parecen ignorar este patrón consistente en la palabra de Dios. Podría casi decirse que la diferencia mas significativa entre las oraciones de los santos de Dios en las Escrituras (tan poderosas y efectivas) y nuestras oraciones de hoy en día (tan aparentemente inefectivas) es esta: Había un fervor en las oraciones de los santos de la Biblia – un fervor que es inherente en el clamor.” Citas por Bill Gothard 

By Debbie Przybylski
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Arrepentimiento y Avivamiento Personal

1934541_1073852389344534_4460854348765975682_n“Ese lugar de , Soy yo, Señor quien ha de ser doblegado, debo ser avivado, totalmente cambiado, es el lugar de la humildad. No podemos humillarnos a nosotros mismos mientras pensemos que podemos traer el avivamiento a través de nuestras estrategias y oraciones. Criaturas inútiles que somos, solo podemos agachar nuestras cabezas, tumbarnos en el suelo, y llorar por nuestra incapacidad de traer el avivamiento a nuestra tierra seca y cansada. Aquellos que fueron usados en avivamiento no oraron tales oraciones porque pensasen de que podían manipular a Dios para que les usase de forma que fueran conocidos como el fuego de Dios sobre la tierra. Mas bien, oraron tales oraciones cuando llegaron a ese último gramo de si mismos. No tenían nada más que dar. Derramados. Gastados. Era entonces cuando Dios contestaba con Su propia persona – la esencia del avivamiento.” Jacquelyn Sheppard

Conforme muchos de nosotros oramos pidiendo avivamiento en nuestros países y ciudades, debemos también ser conscientes de que el avivamiento comienza con nosotros mismos. Es muy personal. Después de que se me diagnosticara cáncer, Dios comenzó a hacer un trabajo muy personal y profundo en mí. He tenido mas tiempo para pensar en la vida y en lo que realmente cuenta. Tengo más tiempo para pensar acerca de mi vida personal con Dios. Durante estas semanas, Él me ha llevado a orar una oración personal como ésta: “Señor, deja que el avivamiento comience en mi vida. Quita todo estorbo en mi que pueda evitar el avivamiento. Elijo vivir en arrepentimiento diario. Doblégame a tus propósitos y haz tu obra completa en mí. Cambia mi corazón, y haz que sea como el tuyo.”

Durante este tiempo me arrodillaría y dibujaría un circulo imaginario alrededor de mi vida y pediría que el avivamiento comenzara allí. Ha sido especial y ha sido para cambiar mi vida. Estoy aprendiendo a arrepentirme en un nivel mucho más profundo que nunca antes. He averiguado que el arrepentimiento es una parte muy importante de nuestro caminar con Dios.

El arrepentimiento y el avivamiento personal van juntos.

“Cuando oras pidiendo avivamiento, le estas pidiendo a Dios experiencias que trastornarán tu vida y que te costarán caro. El avivamiento es agonizante. Te aterroriza tanto acerca de tu pecado que te arrepentiras profundamente. El avivamiento es consumidor. No te deja tiempo para hobbies, tareas de la casa, trabajo o dormir. El avivamiento destroza tu agenda, interrumpe tu tiempo frente al televisor, exige la totalidad de tu atención.” Elmer Towns

 Arrepentimiento – Un Cambio Radical de Corazón

“El arrepentimiento es una de las palabras mas positivas que existe… Arrepentirse significa dejar de ir en un sentido, darse la vuelta completamente, y ponerse a andar en sentido opuesto. El arrepentimiento involucra un dramático y decisivo cambio de curso… Nuestro problema es que pensamos del arrepentimiento como algo negativo.” Henry Blackaby

Dios está en el negocio de cambiar nuestros corazones para que entren en línea con Su corazón.  Su corazón es consumidor, Su corazón siente por las necesidades de los perdidos, Su corazón esta lleno de compasión. Dios quiere abalndarnos. El problema es que con frecuencia estamos demasiado ocupados como para dejar a Dios hacer la totalidad de su trabajo en nuestros corazones. Fallamos al evaluar nuestras vidas y nuestras relaciones. El arrepentimiento es un bien porque nos mete en linea con los caminos de Dios y con el cómo el se siente acerca de nuestras vidas.

Que mejor momento para venir ante Dios y dejarle que nos enseñe las áreas en las que necesitamos arrepentirnos y cambiar de dirección que durante este tiempo de navidad y la llegada del año nuevo. Nuestras relaciones necesitan estar bien, nuestra dedicación necesita ser fuerte, y la santidad necesita ser evidente en nuestras vidas cuando nos cruzamos con amigos y familiares que no son salvos. Ahora es el momento de evaluar el pecado por lo que realmente es y llagar a un acuerdo con Dios. Quiero una vida cambiada.

“El arrepentimiento involucra un cambio radical de corazón y de mente en el que llegamos a un acuerdo con la evaluación de Dios acerca de nuestro pecado y después tomar acción especifica para ponernos en línea con Su voluntad. Un deseo de cambiar no es arrepentimiento. Arrepentimiento es siempre una respuesta activa a la Palabra de Dios. La evidencia del arrepentimiento no esta en palabras de resolución, sino en una vida cambiada.” Henry Blackaby

La Biblia y el Arrepentimiento

La Biblia habla mucho acerca del arrepentimiento. Es importante para la salvación, para los frutos, para el perdón y para vivir una vida santa. Muchos personajes Bíblicos predicaron acerca del arrepentimiento.

  • Arrepentimiento y Juan el Bautista – Él siempre predicó un mensaje de arrepentimiento. Mateo 3:2, Marcos 1:4, Lucas 3:3.
  • Arrepentimiento y el Reino de los Cielos – Necesitamos preparar el camino para el Señor y hacer sendas rectas para Él. Mateo 3:2, 4:17.
  • Arrepentimiento y la producción de frutos – El arrepentimiento nos lleva a llevar frutos. Lucase 3:8, Mateo 3:8.
  • Arrepentimiento y el perdón de los pecados – Cuando nos arrepentimos, Dios perdona nuestros pecados. Marcos 1:4, Lucas 3:3.
  • Arrepentimiento y el gozo de los cielos – Cuando un pecador se arrepiente, el cielo se regocija en la presencia de los ángeles. Lucas 15:7, 10.
  • Arrepentimiento y tiempos de refrigerio – El arrepentimiento borró los pecados y trajo tiempos de refrigerio. Hechos 3:19
  • Arrepentimiento y Jesús – El arrepentimiento estaba con frecuencia incluido en las predicaciones de Jesús. Marcos 1:14-15, Lucas 24:47.

Hay varios otros versículos en la Biblia acerca del arrepentimiento, que nos muestra que era un tema de importancia. Estos versículos incluyen Zacarías 1:3, 2 Corintios 7:10, Santiago 4:8, Job 42:6, Romanos 2:4, Apocalipsis 2:5, Ezequiel 18:30-32, Isaías 30:15 y otros.

“Una cosa es reconocer cuando has hecho algo que ha violado las leyes de Dios; otra es entristecerse por ello hasta tal nivel que se determina no volverlo a hacer. Eso es arrepentimiento. El arrepentimiento significa que cambias de parecer. Darte la vuelta y andar en dirección opuesta. El arrepentimiento es estar tan profundamente arrepentido por lo que has hecho que haras lo que sea necesario para evitar que vuelva a ocurrir. La confesión significa que reconocemos que hemos hecho mal y admitimos nuestro pecado. Arrepentimiento significa que nos lamentamos por nuestro pecado profundamente, y que nos hemos dado la vuelta y nos hemos apartado del pecado.” Stormie Omartian

Una Oración para Avivamiento Personal

“¿No volverás Tú a darnos vida (avivarnos), y tu pueblo se alegrará en Ti?” (Salmos 85:6)

Te animo a que encuentres un lugar tranquilo en el que puedas orar, ponerte de rodillas, y dibujar un circulo imaginario alrededor de tu vida. Pídele a Dios que traiga el avivamiento dentro de ese circulo. Pídele que quite cualquier estorbo que te aparte del avivamiento. Haz un compromiso de andar en arrepentimiento diario. Dale a Dios tiempo para que te revele cualquier pecado en tu vida, cualquier cambio que Él quiera hacer en tu vida para llevarte mas en línea con Sus propósitos para tu vida. Arrepiéntete de cualquier pecado y pon tus cargas a Sus pies. Escucha calladamente a lo que Él quiere decirte a ti. Dios quiere encontrarse contigo de forma profunda. He tenido numerosos encuentros con Dios desde que he hecho esto. Creo que tu también los tendrás. La que sigue es una oración para avivamiento personal:

“Sí, Señor, necesitamos avivamiento. Desesperadamente. Queremos avivamiento. Desesperadamente. Hemos ofrecido reconciliación, restitución, arrepentimiento. Ahora, Señor, nos ofrecemos a nosotros mismos. Dobléganos, a aquellos de nosotros que añoramos avivamiento en nuestra tierra. Dobléganos hasta que no quede ni un pensamiento de prestigio, de ganancia, de eminencia, de contrato de libros, o legalismo nos ate. Dobléganos hasta que nos veamos a nosotros mismos, incapaces de traer el avivamiento a pesar de nuestros mayores esfuerzos. Dobléganos hasta que no seamos conscientes de nosotros mismos, perdidos en Ti. Entonces, Señor, habremos probado el dulce agua que añoramos. Clamamos por nosotros, Señor, no solo por nuestra nación, no solo por nuestras iglesias. Clamamos por nosotros mismos, ¡Señor doblégame!” Jacquelyn Sheppard

Que Dios nos prepare a cada uno de nosotros personalmente para el avivamiento a través de la enseñanza de vivir a diario con un corazón arrepentido. Que lo veamos de forma positiva conforme Dios cambia nuestros corazones para que seamos más como Él. Recuerda que la frase clave del avivamiento Galés de 1904 fue, “Doblega a la Iglesia y salva al Mundo.” Conforme entramos en esta época de Navidad, que mejor forma de vivir una vida cómo la de Cristo, que la de andar en arrepentimiento personal y santidad. Esto es lo que le hablará a un mundo que ha perdido el verdadero significado de la vida enfocándose en lo externo – materialismo, entretenimiento, compras y actividad – tratando de llenar el vacío interno que existe sin Cristo. Nosotros tenemos la respuesta y conforme el Señor nos doblega a cada uno de nosotros, la dulzura de Su mensaje fluirá a través de nuestros corazones que serán humildes, quebrantados, y llenos de Su amor.

“Cuando somos rápidos para humillarnos y arrepentirnos, entonces ocurre el quebrantamiento y toda la resistencia, independencia y orgullo se reemplazan con sometimiento, ternura, obediencia y amor.” Alice Smith 

“El avivamiento no puede ser organizado, pero podemos desplegar nuestras velas para captar el viento del cielo cuando Dios elija soplar sobre su pueblo una vez mas.”  

By Debbie Przybylski
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Sanando Nuestros Corazones Heridos

10583916_1073319699397803_521068069144927705_n-2“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salvará a los contritos de espíritu (Salmo 34:18).

Dudo que muchos del pueblo de Dios se despierten por la mañana con la idea sorprendente: “Yo estoy hecho a imagen de Dios!” En vez de eso, sucede todo lo contrario con frecuencia—muchos se deprimen sobre sí mismos con sentimientos de inseguridad, la insignificancia, y la falta de autoestima. Si queremos la libertad para orar de todo corazón, tenemos que entender algunas de las cosas que están obstaculizando nuestra entrega de todo corazón en la oración. Cuando hay tráfico negativo en nuestros corazones, nos distraemos en la oración. Estamos consumidos por nuestras propias necesidades. No somos libres para servir plenamente a Dios en cada área de la vida, especialmente en la oración.

¿Cómo hemos llegado a un lugar tan difícil?

Veamos de nuevo a la creación y al jardín donde todo comenzó. Sí, estamos hechos a imagen de Dios. El origen mismo de la relación fue la Trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estaban en perfecta relación—estaban en perfecta armonía, con perfecta comunicación y respeto. Y ellos dijeron: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.”

La intención original de Dios para nuestro mundo es que nuestras necesidades fueran satisfechas a través de nuestra familia, la sociedad y la creación. Nuestros padres, se supone, deben representar el carácter de Dios Los niños deben saber que son amados, cuidados, y que sus necesidades van a ser satisfechas en todos los sentidos. Ellos deben estar seguros de quien son (identidad), quien van a ser (el destino), y en sus relaciones (pertenencia). Incluso en la sociedad nuestras relaciones y el gobierno deben caracterizarse por el amor, la generosidad, la sabiduría, el respeto mutuo y el aprecio. No debe haber injusticia, la codicia y el abuso.

Desafortunadamente esto no es cierto. Vemos la destrucción de la sociedad y de la familia en todas las dimensiones de la vida. Muchos de nosotros estamos consternados por lo que está sucediendo con la trata de personas, el asesinato dentro de las familias, tiroteos en las escuelas, y el aumento de la inmoralidad y la pornografía en todo el mundo. Los cerca de 300 niñas recientemente secuestrados de su escuela de Nigeria por los terroristas, muchas de los que probablemente se están vendiendo en la trata de personas, ha conmocionado al mundo. ¡Más de 9,000 niñas son secuestradas cada año en África subsaharian!

Esto no es lo que Dios desea. En la creación, todo debía funcionar junto en armonía bajo su señorío. ¿Puede usted imaginar nuestro mundo sin enfermedades, sin abuso, y sin desastres? Así es como Dios hizo la tierra y lo que Él quería.

Pero el hombre se rebeló y todo cambió. Nuestro mundo se quedó completamente fuera de control, y lo que antes era un mundo perfecto es ahora uno en completo desorden a causa del pecado.

La caída trajo una grave perturbación a todo—la familia, la sociedad y a toda la creación. El resultado fueron heridas. Ahora tenemos relaciones rotas, naciones fragmentadas, y la decadencia y el desorden en todas partes. Una vez escuché que dijo: “Sé amable con todos porque todos están pasando por algún tipo de batalla.” La verdad es que todo el mundo pelea, porque vivimos en un mundo caído.

Muchas personas saltan de un trabajo a otro, de un matrimonio a otro, o de una iglesia a otra, con la esperanza de encontrar la plenitud y totalidad. La verdad es que no vamos a estar plenamente satisfecho hasta llegar al Cielo. Estamos hechos para algo mucho mayor que lo que puede ofrecer la tierra. Estamos hechos para la eternidad, y Dios la ha puesto en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11).

Imagina un mundo seguro y perfecto sin pecado. Si nos sentimos seguros tendremos una mayor capacidad de soportar dificultades en la vida. Sería mucho más fácil hacer amistades a largo plazo y tener buenas relaciones con los padres y figuras de autoridad. Queremos ser capaces de confiar en un nivel mucho más profundo. Nos gustaría tener una buena autoestima con un sistema de creencias positivas y esperanzadoras sobre nosotros mismos, nuestra familia, y sobre la sociedad.

Pero el problema es que en muchos casos, si no en la mayoría de nosotros, nos sentimos muy inseguros en un mundo roto y herido. Nuestras necesidades humanas básicas son a menudo insatisfechas, y hay un enorme aumento del miedo en todo el mundo.

Nuestras Necesidades Humanas Básicas

Todos tenemos las mismas necesidades humanas básicas. Estas necesidades son dados por Dios. Ellas son la necesidad de:

  •  Un sentido de la valor – Necesitamos un sentido de identidad y autoestima. Todo el mundo es digno de ser amado y tiene un valor intrínseco. Fuimos hechos a la imagen de Dios.
    “Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).
  • Un sentido de significado – Todos necesitamos significado y propósito en nuestra vida. Necesitamos sentir que somos importantes y nuestra contribución es valorada. Dios nos ha prometido una vida abundante.
    “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10a).
  • Un sentido de pertenencia y significado – Tenemos que saber que somos amados y aceptados. Necesitamos una familia. Dios ha dicho que somos sus hijos. Pertenecemos a su familia.
    “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).

Las necesidades insatisfechas se manifiestan en nuestras relaciones. Cuando nuestras necesidades no son satisfechas, hay una falta de seguridad, falta de significado, y falta de autoestima. Cuando somos inseguros podemos tener una sensación de rechazo, un sentimiento de no pertenencia, y de sentirse no amado e inseguro. Cuando carecemos de sentido de valor personal, podemos dudar de nuestro propósito y significado. Si carecemos de la autoestima personal, podemos tener duda de nosotros mismos, sentir auto-rechazo, y odia hacia nosotros mismos.

Mire alrededor de su mundo. ¿Cuántos se sienten así en lo más secreto de su corazón? ¿Por qué hay tanta violencia en las familias y en la sociedad?

El Espíritu Herido

“El ánimo del hombre lo sostiene en la enfermedad, pero a aquel con un espíritu herido quién lo puede soportar?” (Proverbios 18:14)

Nuestras necesidades no satisfechas conducen a heridas. Un niño que no es apreciado, alimentado, y afirmado tendrá heridas. El es impactado por el abandono, el rechazo y maltrato. Tener un espíritu herido conduce a la enfermedad física y la enfermedad, emocional y a los trastornos de la personalidad. Las heridas llevan al aislamiento, una sensación de rechazo, abandono o violación. Esto puede llevar a la conclusión, “Debe haber algo malo en mí.”

¿Cuál es la respuesta a nuestros corazones rotos? ¿Quién puede sanar nuestras heridas más profundas?

Jesús Vino a Sanar el Corazón Herido

“El Señor está cerca del corazón quebrantado y salva a los que están aplastados en espíritu (Salmo 34:18).

Dios es la respuesta a través de Jesús. Su amor se ha hecho visible a través de Cristo. Dios nos da un propósito para vivir, un trabajo que hacer (Génesis 1:28, Jn. 15:16). Somos hijos e hijas con Dios como nuestro Padre. Somos un linaje escogido y un sacerdocio real. Pertenecemos a Dios y somos hechos a su imagen (Génesis 1:26). Somos aceptados por Dios y no somos condenados (Romanos 8:33, 34). Dios muestra un corazón de compasión y un deseo para restaurarnos. Jesús ha venido para darnos una vida abundante (Juan 10:10).

Podemos acercarnos a Dios y pedirle que sane nuestros corazones heridos. Tómese el tiempo para estar quieto delante de Dios y dejar que Él toque su corazón. Ponga música suave de adoración y deje que Él le hable. Dile a Dios sobre cualquier herida en su corazón. Con lápiz y papel al lado de usted, anote todo lo que viene a la mente. Aquí hay algunas cosas que usted puede hacer que ayudará a facilitar la sanidad de Dios en su corazón:

  • Enfrente a su dolor con Jesús y tráigalo a la cruz – Usted puede transferir su dolor a Jesús. El pasó por todo en la cruz y entiende todos sus heridas (Isaías 53:4).
  • Perdona a los que te han herido – La sanidad siempre involucra el perdón. Perdonar y pedir a Dios que te perdone por la forma en que has herido a otros. Recibe su perdón (1 Juan 1:9).
  • Conozca y medite en la Palabra de Dios – La verdad de Dios nos hace libres (Juan 8:32).
  • Desarrolle un diálogo diario con el Espíritu Santo – Él le enseñará la verdad acerca de su vida y la de los demás. El Espíritu Santo nos ayuda a hacer frente a nuestras necesidades no satisfechas de nuestro pasado y (Juan 14:16, 26).
  • Pídale a Dios una revelación de su corazón – Escucha su voz. Él puede hablar a través de un versículo, una palabra, o una imagen. Cuando se recibe una revelación de su corazón para ti, todo cambia (Juan 10:27).
  • Renueve su compromiso de buscar más intimidad con Dios – Descubre a tu redentor de una manera más profunda (Medita en el Salmo 42).

Anímense porque Dios está en el proceso de sanar nuestros corazones heridos. Tenemos mucho por qué vivir y la eternidad está delante de nosotros. En Dios y por medio de Jesús tenemos valor e identidad, significado y propósito, y la seguridad y aceptación. Podemos orar con todo el corazón. Somos hijos de Dios y estamos en su familia. Nuestro Dios quiere sanar nuestros corazones heridos!

“No hay nada que transforme nuestros corazones y nos satisfaga más que cuando el Espíritu Santo nos revela a Jesús.” Mike Bickle

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